Nuestras
Familias

Dos graduados con togas y gorras azules sostienen diplomas y flores mientras están parados frente a una pared de ladrillos beige.

Nuestras familias anfitrionas en Estados Unidos

Las familias anfitrionas ICES son la columna vertebral de nuestros programas.

Gran parte de nuestro éxito radica en el cálido y especial ambiente creado por nuestras familias anfitrionas para nuestros estudiantes. Son familias especialmente seleccionadas, cariñosas, educadas, de gran corazón y que residen en agradables pueblos o ciudades de cualquier Estado Norteamericano.

Nuestras familias anfitrionas tienen como principal motivación desarrollar una amistad, contribuir al entendimiento entre diferentes países y en el respeto y tolerancia ante las diferencias culturales. Por encima de todo, adquieren un nuevo miembro de la familia para toda la vida.

Nuestro consejero de comunidad, Coordinador Local, colabora en el trabajo de las buenas relaciones con la familia, proporcionándole apoyo y detallada información sobre el programa y los prepara sobre sus responsabilidades y obligaciones como familia del estudiante.

Nuestras familias son entrevistadas y sus hogares visitados por nuestros Coordinadores Locales antes de ser aceptadas como familias válidas para nuestro programa.

¡Abren sus puertas
y sus corazones!

Estados Unidos es un país con gran tradición en intercambios internacionales que acoge con gran generosidad y orgullo a estudiantes de todo el mundo que desean conocer sus costumbres y gentes

La vida cotidiana del Estudiante en el seno de estas familias le permite una inmersión lingüística y cultural absoluta. Seguramente una de las partes más importantes de nuestros programas es la oportunidad que tiene el estudiante de participar y convivir en un ambiente familiar de los Estados Unidos.

Por supuesto que la experiencia con la familia no siempre puede ser maravillosa, los estudiantes saben que, cómo un miembro más de ellas, además de participar en las labores domésticas, reglas de la casa, etc., tienen que contribuir para llevar una buena relación de convivencia. Ambos, el estudiante y la familia, tienen que estar dispuestos a ajustarse a cada cual; al modo de vida del otro, y es inevitable que las dificultades surjan de vez en cuando, pero estas experiencias también ayudan en el futuro, son parte del desafío que permitirá al estudiante unas vivencias enriquecedoras que de bien seguro ayudarán a su “maduración” y proyección humana y profesional.